Todos los ojos miran a las águilas

“TODOS LOS OJOS MIRAN A LAS ÁGUILAS”

 

Según cuenta Tito Livio, un historiador de la Roma antigua, la violación y posterior suicidio de Lucrecia influyeron en la caída de la Monarquía y el establecimiento de la República Romana. Lucrecia era una bella mujer de familia aristocrática. Sexto Tarquinio, hijo del rey Lucio Tarquinio (más conocido como Tarquino el Soberbio) le pide hospitalidad mientras su esposo se hallaba ausente. Aprovechando la oscuridad de la noche, se introduce en su habitación y la viola. Antes de clavarse un puñal, Lucrecia denuncia el ultraje. 

 

Shakespeare retoma esta historia en un poema, “La violación de Lucrecia”, a fines del siglo XVI, y en él se inspira Gabriela Ramos en el 2014 para dar una visión de temas tan actuales como la violencia de género y la mujer tomada como objeto, desde una perspectiva más universal y abarcadora, y enfocada desde el universo masculino. 

 

Garibaldi, Lombardi y Bruto son tres hombres que comparten una - o muchas- largas noches en una tortuosa relación. Comparten su visión sobre las mujeres, sus penurias, sus pesadillas, el insomnio, la desmesura, la violencia. Sobre todo esto último: la violencia. ¿Son camaradas, compañeros, amigos? ¿Hay jerarquías entre ellos? No lo sabemos bien, pero como siempre entre varones, tienen códigos. Y cuando un código no se respeta, eso se llama traición. 

 

Las actuaciones son jugadas, al borde, en el límite entre lo creíble y el exceso grotesco. La puesta, desde lo escénico y lo lumínico, inteligente y cuidada, da cuenta de los claroscuros de la estética del barroco, donde el juego de la luz y la sombra revela por un lado y oculta por otro. Hay una evidente elaboración y coherencia en el trabajo de la escena, que no alcanzan a suplir el exceso en el texto, la pretensión de un lenguaje metafórico que por momentos se siente como vacío de contenido. El desborde no suma a la tragedia, más bien le quita fuerza. 

 

Podríamos sintetizar lo que creemos  nos deja esta pieza con una frase de Shakespeare que es ajustadísima pintura del torturado espíritu del hombre que ha cometido un acto que lo avergüenza. “Tiempo deforme… Oh, si pudieras volver atrás una hora de esta terrible noche, yo podría prevenir esta tormenta y evitar el naufragio!”

 

 

 

REDACTORA: Marián Alfonso.

 

 

FICHA ARTÍSTICO-TÉCNICA:

 

Actuación: Fernando González

                      Claudio Morales

                      Javier Schwarzberg

Dramaturgia: Gabriela Ramos

Desarrollo escenográfico: Erika Brandauer

Música y mapa sonoro: Erika Brandauer

Iluminación: Ernesto Bechara

Vestuario: Magda Banach

Fotografía: Michel Marcu

Prensa: Correydile

Asistencia de dirección: Julia Biscayart

Asistencia escénica: Paula Bisio

Idea y dirección: Gabriela Ramos

 

 

TEATRO DEL BORDE

Chile 630

 Viernes 20.30 hs.

 

 

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