BRASAS

BRASAS

De Rogelio Borra García

 

Dichoso el árbol

que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura,

porque esa ya no siente,

pues no hay dolor más grande

que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consiente.

 

(Fragmento del poema “LO FATAL” de Rubén Darío)

 

 

Una chacra, cuatro historias, cuatro hermanas agobiadas por el hastío y la rutina,  y una muerte que aletarga la agonía del no vivir de cada una de ellas. 

Mujeres que esperan, que sueñan en silencio, cometen el delito de sentir y pagan el precio de la represión. 

Sufren una libertad encarcelada, una de ella justifica o quiere justificar un mal que le han hecho, que sucumben a alguna insania. 

Ninguna es feliz. Ninguna es libre. Sólo una conoció el amor y lo perdió. 

Sólo una de ellas se revelará, se atreverá a decir ¡basta! Creer que un cielo en un infierno cabe, eso es apostar al amor eso significa que está viva. 

Pero todas son brasas encendidas.

Cuidado con las mujeres cuando pierden el miedo…

 

Una dramaturgia dolorosa, que se va entretejiendo a través del vínculo sanguíneo, da muestra que a veces ni la propia familia puede llenar el vacío de la soledad, es lo más aterrador de todo para cada una de estas mujeres.

Lo hacen desde distintos punto de vista: el del vacío del corazón, un amor que se fue dejando el fermento interior en continua actividad  Leonor – ALICIA TOKER; una solterona patética, malhumorada y desequilibrada que lo que ella no tiene, tampoco sus hermanas Alcira – NILDA ANGELI; almas errantes sin ancla, sale sin rumbo por carecer de sexo y amor Celina – LILIANA CABANES; y una triste representante cuarentona que no supo buscar, se dejó dominar y se abstuvo de vivir y conocer un hombre Noemí – SILVIA SAAVEDRA.

 

Maravillosas interpretaciones, exquisitas todas desde su lugar y bien diferenciadas sus historias. Una mirada, una expresión, el mismo silencio dice más que el texto, hasta sus pensamientos afloran en la representación. 

Una breve obra, pero muy conmovedora.

Destacable y Recomendada! 

Me encantó la escenografía, sencilla pero cargada de imágenes de paisaje rural.

El efecto de las luces y la música acompañó perfectamente la puesta en escena.

La estética y el buen gusto en los detalles se hizo presente a través de la mirada de su director ERNESTO MICHEL.