El Hombre lobo
Eduardo Rovner
“Si el hombre quiere matar al tigre, se denomina a esto deporte. Si el tigre quiere matar al hombre, se denomina a esto bestialidad“.
George Bernhard Shaw (1856-1950), dramaturgo irlandés
Tres hombres y una antigua pasión que los hermana, la caza.
Un antropólogo, un notario y un psiquiátra se dan cita en la casa del primero. Es un encuentro de amigos que suelen realizar una vez al mes. Charlan, toman unos tragos, conversan y esperan la llegada de una bella dama que vendrá a satisfacer los deseos de los tres, como es habitual.
Esta noche es particular, algo sucede. El anfitrión está nervioso y sus amigos lo intuyen, que esté limpiando una de sus armas con tanto ahínco, lo delata. No van a salir de caza, sin embargo, el no cesa de preparar el arma como si estuviera por usarla en lo inmediato. Es una noche especial, de confesiones, los visitantes tienen temas que resolver y para eso nada mejor que una noche de copas en compañía de viejos amigos. La noche es especial, la luna llena ilumina el paisaje nocturno y el dueño de casa se sobresalta con cada mínimo movimiento. Sus amigos, poco a poco y después de mucho insistir irán descubriendo cual es el motivo de tanta tensión.
Hace un mes atrás, aprovechando la generosa luz dispensanda por la luna en su máximo esplendor, el hombre sale de casa con su perro por los alrededores. Dispara, hay sangre pero la presa desaparece, el adiestrado olfato de su perro no puede localizarla y este simple hecho disparará un sinfín de sentimientos en el cazador. Comienza a atar cabos sueltos y el resultado lo lleva a pensar que hirió a un hombre lobo. La culpa por haber atentado contra criaturas inocentes durante tanto tiempo, sin medir consecuencias, sin detenerse a pensar en los daños provocados lo lleva a dar por sentado que esta última víctima vendrá a cobrarse venganza y esa noche lo espera.
Licantropía, luna llena, balas de plata, antiguos rituales, miedo y una gran culpa son los condimentos ideales para este trhiller psicológico llevado a las tablas de la mano de un gran escritor como Eduardo Rovner con la magnífica complicidad del director Alberto Lecchi.
Un texto potente, rico en ingredientes. Una dirección espléndida (Alberto Lecchi) que supo traspolar al teatro toda su experiencia como director de cine y tv y dotó a la puesta de grandes imágenes con el respaldo profesional de Héctor Calmet (escenografía e iluminación) y Rony Keselman (música original). Brillantes actuaciones de Luis Campos, David Di Napoli, Miguel Dao, como los tres amigos. Toda la sensualidad y el encanto de Tina Ottaviano, como la bella y generosa bailarina y en el rol del inesperado y temido visitante, Gabriel Wolf (casualidad o causalidad?).
Magnífica historia, una vuelta de rosca a todo lo conocido en materia de licantropía y una excelente excusa para poder exponer sobre la culpa, sobre esa necesidad enfermiza de matar por matar y un muy buen análisis sobre esas personalidades que con un arma en la mano son todopoderosas y la humillante transformación cuando no la tienen.
Propuesta super interesante para ver, disfrutar y analizar, mensajes sobran.
Redactora: Andrea Alejandra González
Vista el 20/2/2015
Ficha técnico artística
Autoría: Eduardo Rovner
Actúan: Luis Campos, Miguel Dao, David Di Napoli, Tina Ottaviano, Gabriel Wolf
Vestuario: Mercedes Colombo
Escenografía: Héctor Calmet
Música original: Rony Keselman
Efectos especiales: Eliana Sanchez
Fotografía: Fuentes2fernandez
Diseño gráfico: Fuentes2fernandez
Asesoramiento: EDUARDO MURO ASESOR ESCENOTECNICO
Asistencia de dirección: Zulema Villalonga
Prensa: Simkin&Franco
Producción ejecutiva: Florencia Agrazo, Antonio Chavez
Producción: Pablo Silva
Dirección: Alberto Lecchi
Duración: 70 minutos
Auditorio Losada
Av. Corrientes 1551 CABA
- Viernes y Sábado - 20:30 hs -
Entrada: $ 130,00 Hasta el 11/04/2015
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