CITA A CIEGAS

CITA A CIEGAS

De Mario Diament

"Somos producto de las instituciones que hemos creado, y esto es así porque nosotros las hemos creado. Existe una interacción entre el hombre y sus obras, de forma que las consecuencias de sus obras le impulsan a realizar otras obras que tienen nuevos efectos, y así continúa el proceso hasta que es imposible decir qué es el hombre y cuál es su obra" J.K. Feibleman

Un encuentro, un cruce de caminos, de múltiples dimensiones, cual laberinto existe como personas que transitan un parque... cuyo recorrido va adentrándose en distintos parajes a cada cual más interesante, donde diferentes personas se encuentran y donde se separan, donde oportunamente emergen las direcciones de cambio, como la naturaleza viva de sus expresiones en la vida real.

Inspirado en Jorge Luis Borges, Diament coloca a un personaje ciego en un banco de la plaza San Martín, para conversar con los que furtivamente aparecen, las historias le son ajenas al hombre ciego, pero se van entrelazando sutilmente, casi de manera invisible hasta llegarlo a involucrar por completo.

Son imprevisibles las charlas; pueden tomar cualquier variedad de tema. Mágicamente hablando un cruce de caminos da lugar a múltiples fuerzas que convergen, donde cualquier cosa puede pasar, donde pueden ocurrir transformaciones y desgracias. La energía es liberada y expandida, y salta entre los límites intensos que provoca los encuentros emotivos, pueden permanecer en el centro y ser inundado por el poder, el potencial y las elecciones; o pueden ser lanzado y estar perdido, llegando a un grado que está sin señales identificativas a la vista, y se ve forzado a elegir un camino, uno prohibido, quien lo elegirá, se desviará irremediablemente y perderá su destino que puede ser alterado para siempre.

Un enigma, misterios que encierran los comportamientos y el interaccionismo de la vida cotidiana entre los seres humanos, la complejidad de la sociedad moderna.

Es difícil describir la transición de la trama teatral, está tan excelentemente contada, que detallar los acontecimientos que desarrollan en el escenario, no se acercan ni por un poquito, a lo que se descubre al ser espectador, entras al universo poderoso del autor, un enfoque dramatúrgico dinámico de Diament,  brillante, creativo, con un eje central, la emergencia sociológica, a través de una comedia de realidad psicológica.   

Un orgullo más para el teatro argentino.

Pero como todo gran texto, sino está bien representado no sería tan eficaz, un elenco formidable, de primer nivel, muy bien construidos los papeles, convincentes, talentosos, especialmente Borges (LUIS AGUSTONI), la perspectiva interna como actor, le permite sostener el personaje con una naturalidad, tanto en el tono de su voz, como la falta de visión, su andar, su postura, hasta como lleva el bastón, habla de una distinción en su acción, su experta trayectoria, lo hace una pieza clave en la obra. Al igual que su dirección, exquisita, hilvana y desencadena como las historias, está en todos los detalles.

Singular y práctica la escenografía, muy vistosa, con el toque preciso para cada escena.

La iluminación y la música acompañaron muy bien, los rasgos de la pieza.  

Para no perdérsela, altamente recomendada, no sólo por su vuelo literario, sino por la propuesta y exposición de la realidad.