LAS ÚLTIMAS LUNAS

LAS ÚLTIMAS LUNAS

De Furio Bordon

 

El destino de una persona de edad avanzada es muchas veces el abandono.

Recuerda… que el llanto que le provocas hoy, puede ser el tuyo mañana…

 

¿Qué es la vejez?

Quizá se puede empezar diciendo que es una parte de la población que se encuentra “olvidada”, como si la mayor parte de la gente se negara a sí misma el hecho de poder llegar a esta edad, que es etiquetada como la tercera edad, la senectud, pensionados y jubilados, cuando solamente pueden ser llamados personas mayores.
Es otro motivo, el que a veces algunas personas mayores viven en el completo abandono, sin ningún cuidado y sus familias sólo los ven como un ser que estorba y del que se tienen que hacer cargo, ya que vivimos inmersos en una cultura donde no se nos enseña a envejecer.

Los problemas mencionados, encajan más en la cultura, considerando que tanto en la cultura urbana y suburbana, margina al adulto mayor, y lo hace sentir un ser inútil, lo contrario a otras culturas en las que se veneran y se les guarda un gran respeto por la sabiduría que en ellos existe. 

 

En esta obra también se representa que ser viejo, es como si fuera… parafraseando a Ernesto Sábato en “La Resistencia” un terremoto que amenaza con tu condición humana. Pero hay algo que no falla y es la convicción de que únicamente los valores del espíritu nos pueden salvar, y esperar a que llegue ya sea la hora, el momento o el destino que te depara. 

 

Trágicamente, el hombre está perdiendo el diálogo con los demás, y hasta con los más íntimos, y el reconocimiento del mundo que los rodea, siendo que es allí donde se da el encuentro, la posibilidad del amor, los gestos supremos de la vida. La mayoría de los individuos de edad avanzada, se enriquece su vida por la presencia de personas que cuidan de ellos y a quienes estos se sienten cercanos. La familia es todavía la fuente primaria de apoyo emocional. Ante todo, es probable que sea multigeneracional, la mayoría de las familias, como es el caso de este abuelo (Federico Luppi) incluye tres generaciones. Mucho tiene por contar, el tema es tener alguien que lo escuche, una historia larga que presenta sus más y sus menos, como una larga experiencia de afrontar tensiones que puede dar confianza a estos seres queridos en el manejo de cualquier situación que la vida ponga en su camino, u otros, como estar resolviendo asuntos inconclusos de la niñez o de la edad adulta temprana, eventos de la vida como perder al cónyuge, volverse abuelo o bisabuelo, retirarse del trabajo, etc. En fin las relaciones personales especialmente con los miembros de la familia, continúan siendo importantes bien entrada  la vejez, pero también crea presiones para sus familiares. 

 

Todas las palabras de elogio, son pocas, o son reiteradas, por el público, por los medios de comunicación. Hay que verla con tus propios ojos, hay que dejarse llevar, y seguramente quedarás prendado por la eminencia de la actuación de FEDERICO LUPPI, una resistencia a la vejez, llevada con semejante firmeza y profundidad, que carece de resentimiento y vanidad. Un lujo verlo sobre un escenario porteño, y más aún representando esta obra, tan emotiva, con tanta sencillez y realismo, con una elocuencia elevada que provoca más admiración. 

 

Acompañado majestuosamente por SUSANA HORNOS, con un personaje angelado, tierno, lleno de amor, envuelta en paz, propia de un ser del más allá que viene para acariciar y sensibilizar el alma de su amado. A su vez está a cargo de la dirección, nos muestra cómo vemos mejor los paisajes como si fuese una película, que en la realidad. Su mirada es holística y sensorial, contempla todos los recursos, maravillosa puesta en escena. 

 

Completa e integra este elencazo, RAMIRO VAYO, interesante y necesario personaje, un ser que es incapaz de tener un encuentro genuino con su padre, no puede detenerse porque está atestado de trabajo, de trámites, de ambiciones, y entonces él no se hace el tiempo de revertir el abandono que quizá como hijo una vez sintió, y repite la conducta. Con profundo sentimiento se refleja si discernimiento humano, obedecer al “deseo” de su padre, y el suyo propio también. Muy convincente su rol, claramente su capacidad actoral permite lograr que con el devenir de las escenas vaya mostrando la identidad del personaje. Una interpretación sin fisuras. 

 

Una perla teatral que no puede dejar de verse. La actualidad de un tema que invita a reflexionar y/o concientizar hoy y siempre, llevado de la mano de un gran maestro de la actuación. 

 

Redactora: Silvina Brandana   

 

Ficha técnico artístico 

 

Autoría: Furio Bordon 

 

Actúan: Susana Hornos, Federico Luppi, Ramiro Vayo 

 

Escenografía: Eliana Sánchez 

 

Diseño de luces: Pedro Zambrelli 

 

Fotografía: Gianni Mestichelli 

 

Diseño gráfico: Yael Silva 

 

Asistente de producción: Lucía Tomas 

 

Asistencia de dirección: Lucía Tomas 

 

Prensa: OCTAVIA Gestión Cultural y Comunicación 

 

Producción general: Susana Hornos, Pablo Silva 

 

Dirección: Susana Hornos

 

CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN

Corrientes 1543 (CABA)

Teléfonos: 5077-8000 int 8313

Web: http://www.centrocultural.coop

 

 

Entrada: $ 200,00 - Viernes - 20:00 hs

- Hasta el 16/09/2016

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