DIGNIDAD

El hombre es por naturaleza un animal político” Aristóteles

El vínculo entre Francisco y Alejandro, es fuerte. Ellos, lo han afianzado a través del tiempo y de sus pasiones, la política. Ambos, son líderes en lo suyo, Francisco como futuro candidato presidencial de su partido, y, Alejandro, como mano derecha de éste. Sus crecimientos, fueron paralelos pero en diferentes direcciones, lo que llegado el momento será un quiebre en esa relación tan potente. Y, el momento llegó. Un día en el despacho de Francisco, comienzan con una amable charla para intercambiar apreciaciones sobre sus logros y planificar lo que viene. Seguidamente, el tono se va acelerando y van surgiendo ruidos en esa comunicación, ya no tan transparente y amena. Por último, la verdad sale a la luz, dejando al descubierto la personalidad y los objetivos de cada uno.

Con éste lineamiento, la obra de teatro “Dignidad”, del joven autor español Ignasi Vidal, nos hace transitar por diferentes estados de ánimo, que con el agregado de distintas emociones nos moviliza al máximo; a la vez, nos lleva a una difícil reflexión, producto de la aceptación o el rechazo de sus dichos sobre los políticos y sus pensamientos y principios, los que se nos presentan muy cotidianos, lamentablemente. Esto es” la figura”, de éste thriller impactante, ya que en el “fondo” nos encontramos con las miserias del ser humano, aniquilando su raciocinio y sus valores morales en pos de sus ambiciones más oscuras.

Los protagonistas, Gustavo Pardi, Roberto Vallejos, se adueñan rápidamente de la historia. Sus magníficas interpretaciones nos mantienen expectantes y ávidos de querer saber más continuamente. Manejan las situaciones que expresan de una manera brillante. Roberto Vallejos, un señor actor, despliega su prestancia y su presencia con solides y seguridad, resultado de su virtuosismo artístico. Gustavo Pardi, un torbellino actuando, nos deja anonadados con su exposición; imponente su dominio y su fuerza interpretativa. Los dos actores, impactan desde el principio hasta el fin, sin dejarnos respiro…ni siquiera al final, puesto que al conocer el desenlace podríamos relajarnos pero no, al contrario, nos sigue latente la adrenalina. Y, qué decir de la impecable dirección de Corina Fiorillo, co-responsable de esa tensión constante.

Como perfecto contraste, nos encontramos con un vestuario y una escenografía sobria, estéticamente delicada, cuya visión nos trae confianza, serenidad, como que todo está bien y en su lugar. Todo una contrariedad y en contraposición con la realidad que estamos conociendo. Excelente el minucioso trabajo de Gonzalo Cordoba Estevez y el de todo el equipo técnico por la dedicación y el compromiso que han puesto para que todo salga como salió, perfecto.

La recomendamos porque el texto es profundo, actual, y en ésta versión de Elio Marchi, el enajenamiento es constante; en ese ir y venir de argumentaciones subjetivas nos encontramos atentos a cada palabra a cada gesto como una retroalimentación de suspenso e intriga a lo que se adosa inseparablemente la capacidad indiscutible de esos dos grandes actores de la escena porteña.

¡IMPERDIBLE!

Redactora: Estela Gómez

25/01/2017

Ficha técnico- artística:

Autoría: Ignasi Vidal

Versión: Elio Marchi

Actúan: Gustavo Pardi, Roberto Vallejos

Vestuario: Gonzalo Cordoba Estevez

Escenografía: Gonzalo Cordoba Estevez

Diseño de luces: Ricardo Sica

Prensa: Walter Duche, Alejandro Zarate

Dirección: Corina Fiorillo