LA JOYA MÁS PRECIADA de Sandra Franzen, Patricia Suárez

                                       

“ALCANZARÁS BUENA REPUTACIÓN ESFORZÁNDOTE EN SER LO QUE QUIERAS PARECER”

 

SÓCRATES

 

Nadie puede rebatir que el Reino Unido ha sido uno de los principales motores de la historia universal. Todos sus movimientos, acciones y decisiones han tenido gran relevancia, su historia conecta las historias de otros países.

En la joya más preciada, muchos de estos elementos históricos se dejan ver, como las conductas y/o comportamientos que debe tener la nobleza británica, y pone el acento sobre todo en la falta de autenticidad y honestidad, empezando por sí mismos, y llevándolo a los demás.

 

El príncipe George, (Ulises Puiggrós), es quien más padece este aspecto de la personalidad, pero no porque él así lo quiera, sino por sumisión hacia su madre la reina María (Alicia Muxo), quien maneja el timón de la vida familiar.

Él se mueve en base a lo que hay en su interior y no está de acuerdo con el uso de falsas máscaras, al contrario para él la autenticidad es sinónimo de libertad, pero la sociedad aristocrática, el legado patriarcal, las apariencias y jerarquías impuestas por su apellido, el “poder” lo obliga a ser dirigido por los principios protocolares y el ceremonial diplomático que se establece por decreto o costumbre, que es como un ritual, y debe ser cumplido; por todo esto, él debe aparentar ser quien no es, evitar rumores y mantener las formas, a tal extremo que, acepta contraer matrimonio con la princesa de Grecia y Dinamarca, Marina (Débora Longobardi), mujer que también sus principios pasan por seguir perteneciendo a la alta sociedad, acumular mayor riqueza, y potestad, sin importarle que desde el principio su matrimonio estuvo marcado por la infelicidad, y por ocultar la homosexualidad de su esposo.

 

Una obra exquisitamente estética, del ángulo en que se la vea, un texto atractivo en continuo movimiento, que tiene expectante al público, y lograr sacar algunas sonrisas con ciertos toques de humor que logran distender la tensión.  

En cuanto a la puesta en escena, alucinante, muy bien aprovechado el espacio, la estructura del mismo, nos traslada a una suite señoral. Bien acompaña por la escasa, pero atinada escenografía, y la correcta iluminación. Todo aporta profundidad a cada escena.

Quiero enaltecer el vestuario, de época, con varios cambios, tonalidad, calidad, buen gusto, luce muy prolijo el elenco, también se deja ver claramente la clase social.

 

En cuanto actuaciones, calidad y excelencia en cada personaje. Mucha entrega, compromiso, creíble sus roles, en especial me atrajo mucho el vínculo de madre e hijo, muy involucrados, capturan ambos la fidelización de la temática. Alicia Muxo una actuación solemne, y Ulises Puiggrós brillante papel. Felicitaciones a todo el grupo, porque logran un viaje fantástico, que nos motiva a dejar de contemplar que estamos en una sala y nos arrojamos de lleno para atravesar ese mundo propuesto.

Por supuesto que, para que los intérpretes logren esta motivación, este efecto sobre el escenario, hay una gran dirección, que interviene, que se involucra, y acompaña cada detalle, cada gesto, cada movimiento, una visión de enfoque general, que permite que el espectador observe el conflicto humano situado en tiempo y espacio.   

 

Sin más, no dejen de verla. Altamente Recomendable!

 

Redactora: Silvina Brandana

    

 

Ficha técnico artístico

Autoría: Sandra Franzen, Patricia Suárez

Actúan: Javier Baez, Debora Longobardi, Alicia Muxo, Ulises Puiggrós

Fotografía: Ulises Puiggrós

Asistente de producción: Gabriela Arata

Dirección: Graciela Pereyra 

 

TEATRO LA COMEDIA

Rodríguez Peña 1062 (CABA)

Teléfonos: 4815-5665 / 4812-4228

Web: http://www.lacomedia.com.ar

 

Entrada: $ 250,00 - Sábados - 22:15 hs

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